sábado, 10 de abril de 2010


Laberinto de soledad
EL PACHUCO Y OTROS EXTREMOS
Llega un momento en la vida de cualquier ser, que se pregunta ¿Qué es y como llego a realizar eso en lo que se ha convertido?, eso mismo le pasa a los pueblos en trance de crecimiento, muchas veces las respuestas que damos a estas preguntas son desmentidas por la historia, acaso porque eso que llaman a el genio de los pueblos solo es un complejo de reacciones ante u estimulo dado
Octavio Paz cuenta que durante dos años que estuvo en Estados Unidos, a primera vista Los Ángeles sorprende al viajero, ya que tiene ostentosas construcciones, su cielo es puro; Pero también se percibe una atmósfera vagamente mexicana de la ciudad, pero no se mezcla con el mundo norteamericano, algo semejante ocurre con los mexicanos, aunque tengan muchos años de vivir allí, usen la misma ropa, hablen el mismo idioma, no se confundirían con los norteamericanos auténticos.
Y no es que ellos sean muy diferentes físicamente, sino que los distingue del resto de la población es su aire furtivo e inquieto, son seres que temen la mirada ajena, creen que son capaces de desnudarlos y dejarlos en cueros. Y esto ha engendrado lo que se hace llamar “el pachuco”.
Los “pachuchos” son bandas de jóvenes que viven en el sur, y que se caracterizan por su vestimenta, su conducta y su lenguaje. El “pachuco” no quiere volver a origen mexicano, pero tampoco desea fundirse con la vida norteamericana. Los negros, son perseguidos por la intolerancia racial, se esfuerza por ingresar a la sociedad, quieren ser como los otros ciudadanos, los mexicanos han sufrido menos violentamente.
El “pachuco” ha perdido toda su herencia, lengua, religión, costumbres, creencias, solo su disfraz lo protege y, al mismo lo destaca y aísla: lo oculta y lo exhibe, “su traje no es uniforma, ni un ropaje habitual” pp.18, es una moda, hecha de novedad e imitación.
El “pachuco” no intenta hacer reír sino aterrorizar, con eso él defiende, también es víctima, procura ocupar un puesto en ese mundo que hace poco lo ignoraba, delincuente, será uno de sus héroes malditos.
La irritación del norteamericano se debe a que ve en el “pachuco” a un ser peligroso, perturbador y fascinante.
El “pachuco” intenta ingresar a la sociedad, pero el mismo se entorpece el camino, el no se lanza al exterior a mezclarse, sino a retar, el no defiende nada, no afirma nada.
Pero que nos hace diferentes, y en qué consisten esas diferencias Octavio Paz nos dice una respuesta que solo es para aclararse solamente a el mismo, la gente norteamericana tiene mucha seguridad y confianza, tiene aparente alegría y conformidad con el mundo que los rodea, y ahí no terminan nuestras diferencias, “ellos son crédulos y nosotros creyendo, aman a los cuentos de hadas y las historias policíacas, nosotros los mitos y las leyendas los mexicanos mienten por fantasía o desesperación, ellos no mienten, pero sustituyen la verdad verdadera por otras menos desagradable. Los mexicanos son desconfiados, ellos abiertos, nosotros somos tristes y sarcásticos, ellos alegres y humorísticos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario